¿Y si invitamos a casa a Peter Pan, a Mary Poppins o al Gato con botas? La lectura de cuentos durante la primera infancia tiene numerosos beneficios, tanto para nosotros como para los más pequeños de la familia, pues nos ayuda a expresar emociones, a adquirir vocabulario, a estrechar lazos, a generar rutinas compartidas, a estimular la imaginación y la creatividad, e incluso nos prepara para los momentos más difíciles.
Existen tantas historias y lenguajes para propiciar este ritual de lectura que seguramente te preguntarás ¿por dónde empezar? Los clásicos suelen ser una buena respuesta a esta pregunta 📚.
En esta oportunidad queremos contarte cuáles son los beneficios de la lectura de los cuentos clásicos en la primera infancia, y qué elementos hacen que estas historias merezcan ser narradas de generación en generación.
¿Qué ingredientes hacen que un cuento se convierta en un clásico?
Si nombramos a Pinocho seguramente en tu mente recordarás al famoso niño de madera que, al mentir, le crece la nariz. Quizás no hayas leído nunca este cuento, pero sabes de qué hablamos porque esta narración se ha instalado en el imaginario colectivo a lo largo de la historia. En otras palabras: se ha convertido en un clásico de la literatura infantil que ha evocado numerosas adaptaciones, ya no solo para diversos públicos, sino también en diferentes lenguajes y formatos.
Lo que sucede con estos cuentos es que comparten algunas características que los hacen memorables y están repletos de elementos que facilitan la comprensión, despiertan el interés, y estimulan la imaginación de sus lectores:
Todos estos puntos, además, facilitarán tu trabajo de interpretación 😉. Así es, cuando llegue el momento de leer en voz alta un cuento clásico, te será más sencillo ponerle voz a personajes que ya conoces, como al lobo feroz, o al hombre de hojalata, por ejemplo.
¿Por qué leer a los clásico con nuestros niños y niñas?
A continuación te contamos las razones por las que debes incluir a los clásicos en tus momentos de lecturas con los pequeños de la casa.
Emociones a flor de piel
Los clásicos son muy útiles en la gestión de las emociones durante la infancia, y nos demuestran a grandes y pequeños que la vida no es una circunstancia idílica. Por lo general tratan sobre problemas emocionales como los miedos, la muerte, la aceptación, la necesidad de afecto, e incluso sobre los celos que pueden sentir los niños, como suceden en clásicos como Peter Pan. Los personajes de estas historias permiten que los niños y niñas se pongan en sus zapatos, sin que se vean obligados a nombrar la emoción que están experimentando, es decir, las interpretan con libertad en el momento de la lectura.
Los clásicos tienen mucho más que ver con nuestra historia de lo que imaginamos. La mayoría de estos cuentos encuentran su origen en las narraciones orales de nuestras abuelas, y fueron mudando su forma y contenido hasta convertirse en las historias que conocemos hoy en día.
Pero tampoco dejan de transformarse para ofrecernos voces más afianzadas con nuestro presente. Por ejemplo, existen clásicos que pueden resultarnos sexistas e incluso racistas en la actualidad, por eso, si quieres ofrecer nuevas perspectivas a tus hijos, puedes escoger versiones más actuales y críticas, adaptadas a las realidades que nos interesan y nos preocupan hoy en día.
Beneficios educativosComo hemos mencionado anteriormente, los cuentos clásicos se caracterizan por difundir numerosos valores universales como el compañerismo, la humildad, etc.
En la etapa escolar puede que se encuentren nuevamente con estos clásicos, pero ¿sabes qué? Nunca estarán ante el mismo libro pues, mientras crezcan, las interpretaciones que podrán elaborar de estos cuentos serán múltiples, sin mencionar que seguramente se encontrarán ante nuevos formatos y contextos que propiciarán otro tipo de vinculación con estas historias.
Además, leerlos desde temprana edad permitirá que se vayan familiarizando con las palabras a través de la voz de mamá y de papá, del juego y del contacto con la belleza que nos ofrecen sus mundos fantásticos que cada ilustrador, además, plasma de una forma única.
Múltiples adaptacionesLos clásicos se fueron adaptando hasta encontrar ediciones tan bellas y específicas para cada tipo de público. No solo han colmado las bibliotecas y las aulas de literatura, sino que además han traspasado los lenguajes y dialogado con formatos tan imprescindibles como la ilustración. Los libros ilustrados se han convertido, hoy en día, en el primer contacto de la infancia con la literatura. Nuestros niños empiezan a leer a través del tacto y los colores de estas composiciones que captan su atención con recursos narrativos y gráficos diversos.
Por otra parte, no es extraño que muchas personas nos acerquemos a la lectura de los clásicos infantiles gracias a que antes nos hemos encontrado con sus adaptaciones en películas, series, obras de teatro, etc. La primera infancia tiene cada vez más acceso a estos formatos, que podemos acompañar con la lectura de libros ilustrados.
¿Cómo empezar a leer los clásicos infantiles?Ya conoces los beneficios de la lectura de los clásicos infantiles, pero ¿ya sabes por dónde empezar? A continuación te compartimos algunas recomendaciones para que encuentres los libros adecuados para tus niños:
¿Qué aprendimos en este artículo?
Es hora de leer, detener el tiempo y la rutina en un instante compartido en el que nos introducimos con nuestros pequeños al universo donde todo es posible ¡Feliz lectura! 🗝️